viernes, 1 de enero de 2010

BEIJING, UNA OLIMPIADA POLITICA.



Como un heraldo chocarrero irrumpió en la “Torre” un violento ciudadano chino blandiendo un cuchillo para atacar en forma desalmada y criminal a dos turistas norteamericanos que asisten a las olimpiadas de Beijing. De primera mano se sabe están vinculados con el entrenador del equipo olímpico de voleibol estadunidense, lance que nadie duda, tiene el propósito de ensombrecer la brillante inauguración de los juegos olímpicos de Beijing. ¿ Habrá más ?


Desde hace meses, se especulaba con la intención de boicotear este magno certamen por aquellos que sienten pasos en la azotea o no les conviene el arrollador avance chino en todos lo rubros de la vida política en el concierto de las naciones. Otras veces se habló de un atentado similar a la de los juegos de Munich Alemania, para lo cual los chinos tomaron toda clase de medidas.


A los rumores siguieron los hechos. De pronto algo empezó a calentar el ambiente político en el Tibet. País que tradicionalmente vive alojado en lo más alto de su Karma como consecuencia de que, sus templos viven el remanso de la meditación milenaria. Así había sido por siglos, pero esta vez los agoreros del desastre se lanzaron hasta allá para sacudir a los monjes tibetanos y arrojarlos a las calles en son de protesta, con la falsa promesa de la “libertad” del grillete chino.

Tres días antes de la inauguración de los juegos, hubo un violento atentado en las calles de Beijing, como “entremés” al platillo fuerte que sigue y de lo que se verá durante esta olimpiada que ya quitó el sueño de muchos, ahora que vieron que la conquista del mundo va en serio y así ha sido anunciada en la inauguración espectacular por el régimen chino de una “forma políticamente correcta”.




Usando una metáfora de alta tecnología, los chinos hacen que del centro del estadio olímpico, emerja un gigantesco planeta tierra de unos ocho pisos de alto. Una vez que se estaciona en el “espacio sideral” surge del polo norte una pareja de cantantes, uno de nacionalidad china entonando una melodía tradicional y una mujer de nacionalidad británica ( soprano cuyo nombre no recuerdo) que le hace segunda.

Para cerrar con broche de oro esa intervención, un ballet espacial de chinos invaden el planeta caminando, corriendo y volando sobre su faz en todos sus confines, por el ecuador y sus meridianos hasta los rincones más apartados de sus polos, desafiando a la gravedad, sostenidos por unos cables de acero a sus cuerpos, dejando en el espectador la clara convicción de que asiste con admiración creciente a la invasión de la casa que habita: La Tierra.


En esos momentos un “close up” capta el rostro del presidente de los Estados Unidos George Walker Bush, para algunos el peor presidente que hasta hoy han tenido, en los precisos instantes en que la cámara capta en todo su esplendor el momento en que éste traga “gordo” ante lo que, asombrados acaban de ver sus diminutos y vencidos ojos como dos ostras muertas….El mensaje había llegado a donde tenía que llegar y la fiesta …¡ La fiesta había comenzado¡

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