jueves, 31 de diciembre de 2009

CUAUHTÉMOC PA GOBERNADOR.



Quien será el pícaro que ha echado mano de todo un despliegue de recursos cibernéticos para iniciar un nuevo juego de espejos en donde manda a la guerra al gran Cuauhtemoc Blanco, obligándolo a jugar partidos de más de los 90 minutos para los que fue contratado y así, darle chance a su anodino pelotón para una graciosa huída de la madre de todas las batallas que de modo alguno inició el popular “Temo”, pero que ahora debe enfrentar aunque sea prestando su nombre en forma gratuita, y salvar de ésta forma al insubstancial, del desastre de las encuestas.

Cuando el “Temo” llora públicamente durante su presentación ante la afición jarocha, sabía ya de las dificultades para cumplir las instrucciones de Aguirre para ser llamado al Tri rumbo a Sudáfrica 2010: “Tienes que estar jugando”. En esas condiciones, para él, “estar jugando” significan muchas cosas que 5 años atrás no hubieran sido ningún problema, pero ahora es distinto. El Chicago Fire termina con él su relación laboral porque su contrato termina y no hay renovación que hubiera sido lo mejor. El América lo quiere, pero la situación del equipo es muy complicada porque necesita con urgencia un título y el “Temo” se los puede dar si tiene un entorno a “modo”.

En los hechos, eso no es posible, porque los cambios en el América no han funcionado. Hay mucha tensión y para variar, su relación con cierto directivo es abiertamente encontrada y negativamente ampulosa, entonces ir ahí en este momento no es lo que el “cuau” necesita para jugar concentrado rumbo al mundial. Ahí se da cuenta que su regreso a la selección de los ratones verdes se puede caer pese a que él y sólo él con el llamado de Aguirre, fue la magia que hizo que los roedores se transformaran en perros de caza tras la calificación.

Surge entonces la opción de regresar a Veracruz y al llegar aquí, al sentir el fervor de la hinchada, el hombre no puede más y llora a moco tendido frente a las cámaras de los medios locales e internacionales porque se siente un naufrago que encuentra su tabla de salvación para saltar una vez más, desde las profundidades hasta la superficie del mar cuando le plazca, porque al fin y al cabo es el hábitat natural de un tiburón blanco como él.

Ahora y dadas las circunstancias la grama del Pirata Fuente ha dejado de ser un tiburonario seguro para el depredador de todos lo mares. Por tanto, sería conveniente para él, sin ánimo de ofender, ubique bien su brújula si es que sus deseos son como parece, jugar en el mundial en Sudáfrica 2010, que dicho sea de paso, sería el último de su brillante carrera futbolística.



La caída de la contratación de Navia y por poco la de Gaitán, que dejan un tanto desconcertados al nuevo Tiburón, nada tienen que ver con el fútbol, ni con el “pacto de caballeros” al que le achacan en forma errónea sea un obstáculo que da al traste con la intención de formar un trabuco para el compromiso de la directiva para poner al Tiburón en la Primera División del fútbol nacional.

Cierto la hinchada quiere mucho al “Cuau”, pero jamás lo sacaría triunfante de la urnas para ser gobernador de Veracruz. Alguien se quiere pasar de listo poniendo a los veracruzanos como imbéciles. De modo que este juego de casta apariencia, puede resultar que a la corta, sea un petardo que estalle en las piernas del estratega de Tepito, a quien la hinchada del lado de sol le ha extendido carta de naturalización porteña de corazón.

En realidad el mensaje a modo de arponazo recibido por el escualo en estos días, apenas es el primero de una serie previsible de arponazos que le seguirán, que apuntan hacia quien verdaderamente manda en el equipo, señalándole: “estás navegando en aguas fuera de tu territorio”, y aunque en las aguas profundas en que se mueven todos estos tiburones en apariencia no hay fronteras si hay espacios de dominio según la especie, nunca el género.

En el tiburonario local solamente hay un tiburón blanco- aunque no lo parezca- en los de la Femexfut hay un cardúmen de ellos, además de orcas y ballenas, lo que indica que la travesía hacia el campeonato será demasiada larga y accidentada, a veces con pausas de pesadilla. Si no sabemos leer estos mensajes, en la batalla desigual, los porteños asistiremos a algo más que a una muerte masiva de tiburones en las playas quiméricas del Flaco de Oro. En el recuento estaría políticamente muerto el único tiburón blanco. Ojo, no sólo para ir a jugar a Sudáfrica 2010, tampoco llegaría a ser el “Ejecutivo” como se está candidateando en las encuestas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

FÚTBOL, UNA ADICCIÓN GLOBAL.

La adicción por el fútbol se ha instalado en todas las clases sociales.
Todos los recintos, hospitales, escuelas, conventos, cárceles, partidos políticos, restaurantes y tugurios, bueno hasta las altas esferas y los centros de poder político y económico ha penetrado sin barrera alguna este vicio multitudinario, llamado deporte y conocido mundialmente como Fútbol-soccer, que en mayo del próximo 2010cumplirá 105 años de haberse organizado a nivel mundial.

Con el alumbramiento de la FIFA no hubo nada de eso, por el contrario,
Cuando aquella creatura suelta su primer llanto, casi al unísono del nacimiento del siglo anterior el 21 de mayo de 1904, nadie le vio algún rasgo anormal que pudiera presagiar, que en aquel momento nacía el primogénito global de la “ Football Association Ltd”, un fenómeno prohijado desde la neblina londinense para el mundo.

Ante el estilo frío e indiferente de los parteros, la magia latina apenas era representada por Bélgica y Francia, pero la gélida personalidad de los parisinos, la sabemos más cercana a la indiferencia neoyorquina. Dinamarca, Suiza, Holanda y Suecia , que a la postre también resultaron socios fundadores, van incluidos en ese paquete de forzados turistas que alguna vez colonizaron las riberas del Delaware y el Hudson.

De ahí que, lo mas cercano a nosotros en el nacimiento de la FIFA, era España, con sus inacabables siglos de influencia árabe, con su ya legendario “Madrid Football Club” y el caballeroso André Espir al frente, pero sin duda, resultaron suficientes aquellos restos de cordón umbilical con la península ibérica, para encender la chispa futbolera, a pesar de que, los datos mas oscuros digan que el primer club de fútbol en nuestro país haya sido fundado por los ingleses a propósito de sus compañías mineras y petroleras en Pachuca y Veracruz respectivamente.

LA FLEMA BRITÁNICA, SACUDIDA POR EL FUROR LATINO

Al ver que la institución, desde su nacimiento, tomaba asombrosas dimensiones, no les quedó otra a los ingleses que se sentían dueños absolutos del soccer y el 14 de abril de 1905, la dirección de la "Football Association Ltd." reconoció a las asociaciones nacionales afiliadas a la FIFA y declaró también su afiliación, considerado éste, como un gran logro de la FIFA, el mérito se le atribuyó al Barón Edouard de Laveleye.

El Presidente de la Unión Belga de Sociedades Deportivas Atléticas logró borrar, con gran empeño personal, las últimas dudas de los británicos. El Barón fue el primer miembro honorario de la FIFA.

La coyuntura se da el 1º de mayo de 1904, por primera vez en un partido internacional oficial las selecciones de Francia y Bélgica se enfrentan. E inmediatamente, los secretarios de las dos asociaciones, Muhlinghaus y Guérin platican por primera vez el asunto y toman la iniciativa de invitar a las demás asociaciones a la asamblea de la fundación. El fútbol profesional comenzaba a organizarse internacionalmente.

El sentido mágico de lo que sería este deporte enloquecedor de las grandes masas, hubiera tocado la fina orientación de Jules Rimet, para decidir en organizar el primer mundial en el Continente Americano y precisamente en Uruguay. Mirando la influencia latina en este negocio no es de asombrarse que los primeros miembros de ultramar fueron: Argentina y Chile en 1912. Porque fue justamente este el verdadero comienzo de la actividad mundial de la FIFA. Se daba así el primer paso en el camino de la expansión.

LOS INGLESES FUERA DE LA JUGADA

Por ello, aseguramos que los ingleses en este negocio de enloquecer al mundo, siempre serán segundones porque ellos inventaron este juego con el simple objetivo de correr tras una bola, era algo que obedecía más a necesidades ambientales, que las prioridades lúdicas de todo ser humano.

Los ingleses inventaron el soccer, más para olvidarse del horrible clima que padecen, que por parvedades deportivas. Todo parecía condenado al fracaso hasta que llegaron los latinos.

Solo ellos fueron capaces de concebir que a la simpleza del juego se le podía inyectar algo de magia, y no solo correr tras la bola para patearla al azar. Por el contrario, se trataba de forjar un avance espectacular y orquestado sobre la valla enemiga que mantuviera al espectador con el corazón en un hilo de la emoción, al filo de las gradas.

El asunto estriba en alcanzar la pelota hasta poseerla y cortejarla como a una dama, danzar juntos al ritmo del Birimbau, abrazarla entre las piernas, rozándola apenas con los pies, flotando, sobre el pasto. Los contrarios podían ver como los cariocas pasaban sambando con ella rumbo a su meta. Impedirselos : Jamás.

Los uruguayos no se quedan muy atrás, tienen bien ganada fama que una vez en posesión de la ella, son expertos en tallarla con los pies y acariciarla por todo el campo, antes del lance final que culmine con la bola metida por el ángulo mas estrecho de la portería.

Tocarla ahí con paciencia y maestría, apoderarse de ella, hacerla girar por el medio campo con sensualidad inaudita, como gusta a los argentinos al bailar tango, antes de salir largo y tendido por toda la raya de la banda, con la clara intención de meter un centro que martilleé la bola con la cabeza hasta la parte mas secreta y excelsa de la red. Perseguirla si, corretearla y alcanzarla, apretarla entre las piernas y saltar con ella entre dos rivales como lo hace el gran Cuauhtémoc Blanco rumbo al éxtasis que hace gritar a 100 mil gargantas...Gooool!!

CAMPOS E HIGUITA ARTISTAS DEL SOCCER

Antes del mexicano Jorge Campos y el colombiano René Higuita, los porteros ingleses se la pasaban revolcándose en el lodo, fue a partir de estos dos innovadores del arco, verdaderos artistas bajo los palos, que el papel de los porteros cambió radicalmente, para dejar de ser “el relleno” del equipo, puesto que siempre se le daba al menos dotado de la oncena, “a ver tu vete de portero”. Eran simples ujieres de la estadística. Hoy son verdaderos protagonistas y no hay cancerbero del mundo que cobre la pena máxima mejor que el rudo y certero Chilavert.

Los ingleses jamás olvidarán, que hubo de venir un brujo de la selva colombiana para darles cátedra de cómo se para un tiro de media distancia que viaja a mas de noventa kilómetros por hora con etiqueta de gol. ¿ Como detener ese tiro sin meter las manos? Sólo había una forma: “El Vuelo del Escorpión” y la receta milenaria era exclusiva de Higuita. Él como todo paranormal, puso sus condiciones, para ello fue necesario utilizar el santuario mayor de los británicos antes de que desapareciera bajo la picota y los escombros: El Estadio de Wembley.

EL VUELO DEL ESCORPIÓN

El momento lo justificaba, no es cualquier cosa ir a vender “crema y nata de fútbol” envasada a los hijos de Clemente Jaques. Así, en partido formal, llegado el momento preciso, Higuita se concentró al máximo, el público que abarrotaba el lugar tuvo un presentimiento de que algo inusual iba a ocurrir frente a sus ojos, mas de cincuenta mil almas dejaron de respirar por unos segundos, es la única vez en toda la historia del fútbol inglés, que se recuerde que los “juligans” dejaron de escandalizar por un instante.

El disparo llegó con la precisión de un mísil.
Higuita ya lo tenía medido. Arquero macondiano al fin, levanta los brazos con lentitud hasta extenderlos en una perfecta cruz, como remontaría su vuelo el ave fénix, sus músculos crispados envuelven el sistema nervioso que programa un clavado al abismo insondable de la libertad.

Higuita se lanza hacia al frente para ejecutar un giro de una plasticidad divina de 180 grados, que termina colocando cara a cara los tachones de sus zapatos como un coletazo de escorpión que pica de muerte el balón en pleno rostro para arrojarlo varias decenas de metros fuera de la portería.

El graderío sufre entonces un paro respiratorio multitudinario al contemplar aquel lance más allá de las palabras, sólo capaz de ser plasmado por la habilidad de ensueño de un maestro de la pintura.

Hoy a 105 años después, el edificio trasero de la sede de la Union Francaise des Sports Athlétiques, todavía está ahí, de pie, incólume, en silencio, mudo testigo que hubiera visto dar sus primeros pasos en el número 229 de la calle Saint Honoré de París, presente desde el nacimiento de una institución que ha puesto al mundo a rodar detrás de una pelota de futbol: La FIFA.

sábado, 5 de diciembre de 2009

LA MAGIA DEL BEISBOL Y HEMINGWAY



Joe Di Maggio fue un importante jugador de béisbol. Algunos aficionados piensan que este súper dotado alcanzó la celebridad por su poder para aplastarle la nariz a “ Doña Blanca” cada vez que se paraba frente al pentágono y ponerle alas tan potentes que la hiciera volar fuera del estadio.
O por su habilidad en los jardines, sin haber cultivado jamás una rosa. Seguramente por su maestría para conjurar los ataques del equipo contrario, sin más herramientas que su manopla de piel de becerro.



Otros piensan que Joseph Paul Di Maggio, debía su gloria, al haber formado parte de uno de los equipos de béisbol mas famosos del mundo: los Yankees de Nueva York. Los “ villamelones” aseguran que su aura creció, cuando se casó con la celebérrima Marilyn Monroe, perpetuándose en el podium del béisbol, situación que molesta a los conocedores de este deporte y además un insulto para el record dejado por “Joe”, grande entre los grandes, de los que tuvieron el privilegio de integrar a los “ Mulos de Manhattan” como también eran conocidos.

EL MAGO Y DI MAGGIO

La verdad es Joe Di maggio debe su celebridad al Nóbel de Literatura, el escritor y periodista Ernest Hemingway y así lo reconoció el propio Joe : "Hemingway me honró demasiado. Yo fui un simple jugador de béisbol y él es el más grande escritor que conocí".

El gran Di Maggio, que además de extraordinario atleta , era un hombre honesto en su vida personal, lo que trasciende al campo de juego y así quedó constancia, por ello, declaró así en una entrevista realizada por el New York Times en 1974.
Ernest Hemingway era un gran admirador de Di Maggio y en su libro “ El viejo y el mar”, lo nombra en varios pasajes. He aquí uno de ellos: "Me hubiera gustado llevar a pescar al gran Di Maggio -dijo el viejo-, dicen que su padre era pescador, quizás fuese tan pobre como nosotros y comprendiese".

NO HAY MAGIA SIN MAGO.

Sin duda, la chistera y el conejo existen, pero era necesario el mago frente al espectador para desaparecer la liebre cuando le viniera en gana...o viceversa.
Giuseppe Paolo Di Maggio, padre de Joe, aparece justo cuando debe, es decir, cuando el escritor quiere darlo a conocer al mundo y no cuando en realidad había lleqado a Estados Unidos en 1898 desde Sicilia, en donde era pescador.




No es casual que Ernest Hemingway, quien en 1952 publicó “El viejo y el mar”, por la que ganó el Premio Pulitzer de Literatura en 1953, hubiera decidido vivir en la Finca Vigia, su hogar por 20 años en Cuba, lugar en donde escribe esta novela corta y heroica sobre un viejo pescador cubano, luego de trotar por el mundo como reportero de guerra, aficionado a la cacería, la pesca , el boxeo y el béisbol.

CUBA, EL BEISBOL Y VERACRUZ.
Ciertamente Cuba, el béisbol y Veracruz tienen lazos indisolubles.

La vida de Veracruz giraba en torno a los juegos de béisbol. Desde las primeras temporadas, los partidos eran animados por una danzonera, cualquier espectador forastero que por casualidad o por interés, estuviera en aquel escenario aún estando ciego, le bastaba que tuviera los otros cuatro sentidos, para saber que se encontraba presenciando un partido de béisbol en el puerto de Veracruz.
Eran tiempos del porteño Jorge Pasquel, amigo de los presidentes Miguel Alemán y Ruiz Cortinez, acaudalado empresario de la distribución del petróleo y sus derivados, dueño del periódico Novedades de la ciudad de México, agente aduanal, era además aficionado sui generis al béisbol y uno de los propietarios de clubes atípico más trascendente en la historia del béisbol nacional y particularmente en la vida del Club Águila de Veracruz.

Algo de magia había en la vida de Jorge Pasquel, que se daba sus mañas para además de manejar sus múltiples negocios y atender su equipo de béisbol, estiraba el tiempo para tener romances con mujeres famosas y célebres como María Félix, a quien diariamente llevaba comida en su hidroplano, acuatizando en el Lago de Pátzcuaro, en donde María filmaba “Tizóc” al lado de Pedro Infante.

Como todo mago millonario, Pasquel era excéntrico y no se conformaba con tener un buen equipo de béisbol, sino que, en lo más caliente de la discriminación racial en México y en los EUA, cuando ningún empresario se atrevía a contratar a un jugador de raza negra, él, Jorge Pasquel se propuso traer al Aguila de Veracruz a los beisbolistas negros más importantes de todos los tiempos y lo consiguió.
Tal es el caso Raymond Dandrige (Brazo derecho de Pasquel), Leroy "Satchel" Paige y Joshua Gibson, de los que Jorge Pasquel se sentía muy orgulloso.



Para tener una idea de la clase de jugadores que se había agenciado el veracruzano Pasquel, Joshua Gibson era uno de los hombres con un historial muy grande y trágico, tremendo bateador y debió haber sido el primero en jugar en grandes ligas, muy superior a Robinson, por su gloria comprobada aún sin haber pisado un estadio en donde se jugara un partido contra beisbolistas blancos.



Leroy "Satchel" Paige, su calidad de juego era indiscutible, al grado tal que el inmortal de los Yankees Mickey Mantle cuando abrió su restaurante frente Central Park ordenó erigir en mero enfrente de su puerta, una estatua de él, de su ídolo, Leroy “Satchel” Paige.




Después de ellos, al puerto vinieron y jugaron muchos peloteros cubanos y estadunidenses sensacionales que hicieron raíces en el puerto. Santos Amaro, Lino Donoso. Ahí pudieron ver a Al Pinkston volarse la barda muchas veces, pero ya con el home del lado de 20 de noviembre.

Las filas del club Águila de Veracruz, vieron pasar, entre otros, Guillermo “El Huevito Alvarez”, El mejor shortstop en la historia del béisbol mexicano. Poseedor de los récord de 9 temporadas,7 de ellas consecutivas y de 16 temporadas jugadas. Pero el que se le guisaba aparte y tiene un capítulo especial en el béisbol de Cuba y Veracruz, sin duda lo es el maestro Martín Dihigo, y al mencionarlo me pongo de pie.
Incomparable pelotero cubano que se distinguió en todas las posiciones, pero sobre todo como pitcher. Bateador formidable. Primero en lanzar sin hit ni carrera en 1937 y en conectar 6 hits en 6 veces en 1938, precisamente con el Águila de Veracruz. Poseedor de los record de mejor porcentaje global en ganados y perdidos y de carreras limpias en todos los tiempos.

De aquella magia, sólo queda el recuerdo. Veracruz, increíble no tiene un estadio de béisbol a la estatura de su linaje, pero sobre todo, por ahora no tiene un mago, un cronista, no tiene un Ernest Hemingway.

viernes, 30 de octubre de 2009

CUAUHTEMOC BLANCO, COMO FACTOR POLÍTICO



Se cimbró la tierra y en tsunami amagó convertir la mar, luego que la prensa confirmó su llegada por estos lares. De inmediato la fanaticada salió a las calles para agradecer a los dioses no el regreso de Quetzalcoalt, sino la llegada del depredador de todos los mares, del chamán de todas las canchas, del agorero del fútbol, del emperador de la patada, el arribo surrealista del futbolista que jamás será confundido como un ratón verde, Cuauhtemoc Blanco.

A primera vista, la presencia del Tiburón Blanco en aguas veracruzanas se debe a la intención de que él, conduzca de regreso a las tintoreras azul-granas a sus aguas naturales, que la mejor afición de México disfrute fútbol de primer nivel y liberar a los tiburones de la pecera doméstica en que ahora sobre viven.

Cierto, la veneración que existe de la afición veracruzana hacia éste devastador divino no querrá mirar más allá de la magia que éste haga con la bola sobre la cancha del Pirata Fuente. Sin embargo, cuando se analizan las entrevistas y la información generada por los directivos del “Tiburones Rojos”, uno tiene que llegar a la inequívoca conclusión que las razones de la contratación de Cuauhtemoc Blanco son por encima de las deportivas, de exclusivos intereses políticos porque el 2010 es un año electoral. Sin duda, el Fabricante de Espejos ha descubierto ¡El hilo negro!



Para nadie es un secreto que el “jurgol” como le dicen los peninsulares, ha sido el oscuro objeto del deseo de ciertos políticos, una vez que se percatan que si se añadía este ingrediente a la política, bien agitado y diluido resultaba una extraña pócima de poderes casi mágicos, productor de reacciones como la adoración y la obediencia a quien se los proporcionara, en éste caso, había que aderezarlo con algún pretexto, como el regresar a la primera división a los “Tiburones Rojos” para hacer comestible esta agradable mascarada.

La amarga realidad es que durante años, los tiburones rojos habían hecho toda una tradición, el nadar en las profundidades de la “tabla” hasta que a un empresario de la tauromaquia – Rafael Herrerías- fue invitado a hacerse cargo del equipo con Gustavo Parente en calidad de presidente de la Directiva. Quién lo iba a decir, que un Herrerías sin antecedentes en el negocio de las patadas, que lo único redondo que conocía era la arena de la “Plaza México”, le iba a poner el cascabel al gato y de entrada su gran acierto fue precisamente contratar al gran Cuauhtemoc Blanco – que pasaba un mal momento en el América- reto que aprovechó el tepiteño para conquistar Veracruz y México, desde donde alzaría el vuelo del Ave Fénix para renacer de las cenizas hacia su retorno a la gloria plena, sin regateos.

A partir de ahí y orientados por su liderazgo, los Tiburones Rojos lograron meterse hasta una liguilla en la disputa por el campeonato de fútbol de primera división en el segundo semestre del 2004, terminando la fase regular en el primer lugar siendo el superlíder con 35 puntos.

El carisma del Cuau, logró contagiar a sus compañeros para hilvanar 8 triunfos consecutivos que le dieron al Tiburón y a su afición las esperanzas de un nuevo título. Lo que parecía un equipo más, se transformó con la individualidades de jugadores como Kléber Boas, Pablo Quatrochi, Christian "Chaco" Giménez, Braulio Luna, Joaquín Reyes y Gustavo Biscayzacú.

Cuando el actual gobierno recibió el equipo, en vez de incrementar ese apoyo para iniciar o regresar a las añejas glorias de antaño, lo primero que hizo fue desmantelar el equipo en una negociación bizarra. En el Clausura 2005, vienen las amputaciones al plantel con la salida de Cuauhtémoc Blanco y Kléber Boas. A cambio llegó un jugador fraude sazonado con refuerzo cotizado en la persona del jugador argentino Leandro Romagnoli, quien no llenó las expectativas de la afición y del equipo, a pesar de haber sido la “contratación” más cara en la historia del fútbol mexicano moderno, lo que vino a enturbiar más los movimientos dentro de la institución.



Como un maleficio caído sobre la afición jarocha, su adorado equipo cayó dramáticamente hasta los últimos lugares, para protagonizar una de las peores campañas. Para la fecha 6 el director técnico Wilson Graniolatti sale del conjunto, pero no se iría solo, sino acompañado de Rafael Herrerías, quien se ostentaba como dueño del equipo y también de Gustavo Parente, el presidente de la directiva.

El gobierno del estado de Veracruz toma al equipo y designa a Gerardo Gallegos como presidente de la directiva, como director técnico Víctor Manuel Vucetich cuya trilogía apocalíptica llevarían al equipo al penúltimo lugar con 14 puntos al final del torneo. Para la apertura 2005, estalló el escándalo de Herrerías y el presunto fraude que se había fraguado contra las arcas del gobierno de Veracruz usando el fideicomiso de los Tiburones Rojos, nunca pudo esclarecerse a satisfacción de los veracruzanos pese a que desde el Congreso Local algunos diputados denunciaron la situación del fideicomiso “Tiburones Rojos” tratando de transparentar el asunto. ¿Qué pasó ahí?

Gerardo Gallegos trepado en la directiva para dar la cara, “hizo” las peores contrataciones de su vida, para hacer llegar a ilustres desconocidos, Joel Sánchez, Alejandro Leyva, Miguel Acosta, Marco Jiménez, Humberto Gutiérrez, Hiber Ruíz y Hugo Gómez, con excepción del tico Oscar Emilio Rojas que siempre se dio en la cancha, y la contratación de Juan Carlos Chavez que venía de la primera “A“ como director técnico del León, vino a precipitar la salida de gente valiosa como a Christian Giménez y el experimentado Isaac Terrazas. Consumatum est!.

Queda en tela de juicio el supuesto deseo de dar a la afición jarocha un gran equipo en la primera división, porque cuando se tenía todo para realmente empezar a cincelar un equipo grande, con tradición, con fuerzas básicas, con infraestructura, con verdadera administración con visión futurista. Ni un inexperto como Herrerías cometió tantas torpezas. El equipo en manos del gobierno, todo se hizo pedazos en situaciones absurdas, oscuras. Sobre todo, nunca hubo la mínima intención de esclarecer el escándalo. En suma, se jugó y muy bien – ahí sí- con la nobleza de la mejor afición de México. La veracruzana.

No habrá que esperar mucho para saber si estamos equivocados. Allá por el mes de marzo del 2010 veremos. El Fabricante de Espejos desea estar errado ya que es fanático del “Cuau” y ojalá su regreso, sea un punto de partida y no una medida electorera, de pan y circo para época de elecciones, que sirve además, para desviar la atención sobre las miserias de la clase política que ya desmayó en las playas del paquete fiscal, con nulo talento y cero compromiso con la gente que les entregó lo más preciado de la libertad en la democracia: el voto.

EL OSCURO PLACER DEL JUEGO

EL OSCURO PLACER DEL JUEGO




El juego es la principal actividad del hombre, pero no lo admitirá jamás, pues entonces perdería la médula de su encanto. Se aferra a él, cual zángano devora el néctar de una flor.

Haremos hasta lo imposible por ocultarlo. Es más , con tal de no admitirlo ni bajo tormento, lo hemos bautizado como “trabajo” o “negocio” para darle un aderezo que haga comestible esta agradable mascarada.

El juego y el placer forman un binomio indisoluble desde antes que se inventara la escritura. Alguien muy astuto, concibió que si ese potaje era dado de beber y consumir sin remilgo por las masas en un escenario espectacular, podría mantenerlas sumisas para sus mas secretos fines de dominación : dinero, placer y poder político.
Descubrir y perfeccionar la rueda, marcó un hito. A partir del axioma de que la vida es circular: todo nace y muere, o sea, todo aparece y desaparece sin ninguna explicación anterior o posterior a este misterioso hecho, descifrarlo era algo tan inútil como imposible, al hombre no le quedó otra que jugar con el curvado enigma.

El circo romano parecía el summum perfecto, pero había algo ahí, que lo hacía demasiado burdo y evidente. Hasta se hizo famosa la frase de: “ Al pueblo, pan y circo”. Los peninsulares de entonces “capiscaron” que les estaban dando espaguetti con el dedo.



Faltaba algo, pero ¿Qué? Se preguntaron inicuamente, hasta que regresando sobre el circulo una y otra vez, les gustó jugar con esa idea, cosa que finalmente, terminó inventando la pelota.

Derivar al juego de la pelota, rodeado de un escenario espectacular, sólo un cabello lo separaba. Esto explica porqué el circo romano, con el tiempo ha llegado a ser una pálida sombra, sobre el ya de por sí, oscuro objeto del juego, echarle un vistazo a las nuevas deportivas lo confirman sin tapujos.
El caso es que el juego de la pelota, en este caso el “jurgol” como le llaman en algunos lugares de la madre patria, para opinar se necesita primero un certificado, no precisamente de alguna academia virtual, sino haber mamado los conocimientos de este juego, en algún llano o potrero.

Primero como jugador y si esto, nunca fue posible, como “alumno de sol” o sea en la universidad de mayor prosapia a la que pueda asistir un adorador del “jurgol”: el graderío de cemento caliente, a donde va toda la raza, la palomilla, la hinchada, o las barras como eufemísticamente le llaman ahora.

No hay conocedor en el mundo, que opaque al brillante aficionado de “Sol”. Pese a ello, el nóbel colombiano, Gabo como mundialmente se le conoce ahora que cumple los ochenta años de vida a Gabriel García Márquez cuenta en qué partido de fútbol se convirtió en desaforado hincha. ..

“...y entonces resolví asistir al estadio. Confieso que nunca en mi vida he llegado tan temprano a ninguna parte y que de ninguna tampoco he salido tan agotado. Nunca había tomado la iniciativa de convertirme a esa religión dominical del fútbol, jamás llegué a sospechar que alguna vez me iba a convertir en ese energúmeno, limpio de cualquier barniz que pueda ser considerado como el último rastro de civilización que fui ayer en las graderías del municipal.

El primer instante de lucidez en que caí en la cuenta de que estaba convertido en un hincha intempestivo, Ahora me explico por qué esos caballeros habitualmente tan almidonados, se sienten como un calamar en su tinta cuando se colocan, con todas las de la ley, su gorrita a varios colores”.